jueves, 8 de febrero de 2018

Ministros Extraordinarios de la Comunión: al servicio del amor


La vida comienza en la familia y se debe preservar en ella, por eso la familia católica cuida las necesidades del prójimo y en especial acoge a los que sufren por enfermedad.

 La iglesia guiada por el Espíritu Santo ayuda a la recuperación de la salud compartiendo con el enfermo el evangelio, propiciando su crecimiento en la fe, esperanza, caridad y transmitiendo la cercanía de Cristo resucitado con la Santa Comunión.

"Estuve enfermo y me visitasteis" (Mt 25,36).


La Eucaristía:

La Eucaristía es la fuente y el culmen de la vida cristiana. En la consagración del pan y el vino, el cuerpo y sangre de Jesucristo se hacen presente. El objetivo de Jesús durante la instauración del Sacramento Eucarístico fue el mantenernos en una unión común de su amor.

La Comunión es el alimento del alma, es la medicina que sana, es el medio que ayuda a caminar día a día por el sendero de la salvación; de allí que Jesús actuó:

"Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos (Mc: 14,22-24).

La comunión a los enfermos:


El servicio a los enfermos y a los ancianos no enfermos consiste en:


  1. Cuidar la vida sacramental del enfermo.
  2. Acompañar, evangelizar, prepararlos para recibir los sacramentos de la reconciliación, unción de los enfermos dispensados por el sacerdote y la Eucaristía dada por el sacerdote, diacono o ministro extraordinario de la Comunión. 
  3.  Acompañar y evangelizar a familiares y cuidadores, que al igual que el enfermo sufren desaliento amargura, impotencia, impaciencia, soledad y tentaciones que pueden llevarlos a distanciarse de Dios.
  4. Escuchar pacientemente y con la alegría de Jesús sus vicisitudes.
  5. Orar por los enfermos y sus familiares con la intención de que Jesús los sane o les de la gracia de aceptar la enfermedad con fe según sea la voluntad divina.


Qué es un ministro extraordinario de la comunión.


El Ministro Extraordinario de la Comunión es un laico comprometido y autorizado por el Obispo para ayudar al párroco en el servicio a los enfermos.
 Es un creyente, de Comunión frecuente, respetuoso de la presencia de Cristo Eucaristía y de la asamblea de los fieles, dispuesto a continuar su formación ministerial y llevarles la Comunión dominical.

El servicio prestado no solo es una obra de misericordia, es una gracia divina, al permitirnos tenerlo en nuestras manos y entregar al hermano a Jesús fuente de vida.

El llamado es ahora y Jesús proveerá los medios y el tiempo.


"Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres.”. Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron." (Mc: 1,16-18)

Nuestra comunidad requiere muchos Ministro Extraordinario de la Comunión y sobretodo en la situación actual de nuestro país. ¡Anímate a formar parte de esta misión! Si sientes el llamado como Simón y Andrés comunícate con el párroco o con uno de los ministros para que asistas al curso diocesano preparatorio que se impartirá dentro de poco. Desde ya puedes acompañar alguno de nuestros ministros para que conozcas nuestra labor y te enamores aún más de ella.

Zulay Ojeda
Ministro Extraordinario de la Comunión
Parroquia "La Resurrección del Señor"





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