El tercer tema del Abrazo en familia trata de los Hábitos que Ennoblecen la Armonía del Hombre y la Mujer en una Relación Familiar, cuyo principal objetivo es el crecimiento de una relación familiar desde la unidad y armonía del hombre y la mujer, teniendo como base el “Amor y el Respeto”.
Es importante tener en la vida conyugal y familiar reglas donde respetemos nuestra dignidad, que nos comprometamos libremente en el deseo de hacernos feliz mutuamente, en tener una buena relación y un hogar armonioso.
El Papa Francisco en el documento post sinodal Amoris Laetitia (La Alegría del Amor) nos invita a un camino de fidelidad estimulando el crecimiento y profundización del amor conyugal y familiar. Nos muestra de manera muy sencilla de como nuestro amor cotidiano entre los cónyuges (hombre y mujer) se puede vivir y cultivarse todos los días entre sí y con sus hijos
Algunas de las expresiones reflexionadas por el Papa Francisco son:
Paciencia: Tener paciencia no es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos. Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es. (AL 92)
Amabilidad: Amar es también volverse amable, el amor no obra con dureza, no actúa de modo descortés, no es duro en el trato. Sus modos, sus palabras, sus gestos, son agradables y no ásperos ni rígidos. El amor amable genera vínculos, cultiva lazos, crea nuevas redes de integración, construye una trama social firme. (AL 100)
Sin violencia interior: Se trata de una violencia interna, alimentar esa agresividad intima no sirve para nada. Solo nos enferma y termina aislándonos. Por ello, nunca hay que terminar el día sin hacer las paces en familia. Y “¿cómo debo hacer las paces? ¿ponerme de rodillas? ¡No! Sólo un pequeño gesto, algo pequeño, y vuelve la armonía familiar. Basta una caricia, sin palabras. (AL 103-104)
Es fundamental que se viva el valor del AMOR en el hogar, es por ello que las reuniones familiares son de gran importancia porque brindan la oportunidad adecuada para planificar los momentos de recreación, compartir las buenas experiencias y los sentimientos positivos entre unos y otros. Dios en su infinito Amor nos acoge, nos recuerda su Amor más perfecto a través del matrimonio y la familia, que su amor es fecundo y es por eso que nosotros somos su creación más valiosa.
Como conclusión, debemos llevar a virtudes los hábitos que tenemos, vivimos y que queremos hacerlos presentes en lo cotidiano de la vida familiar, solo así lograremos la armonía familiar.
*Citas tomadas de la Exhortación Apostólica Post Sinodal Amoris Laestitia del Papa Francisco.
Lilliam Sívoli
Pastoral Familiar
Pastoral de Medios de Comunicación
Parroquia "La Resurrección del Señor"
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