martes, 21 de mayo de 2019



Una Venezuela NUEVA Y LIBRE






En medio de la adversidad de este hermoso país, los sueños al igual que la esperanza, no se pueden perder, por eso, yo tengo un sueño y quisiera que soñaran conmigo:


Sueño con una Venezuela NUEVA Y LIBRE en la que podamos crecer y progresar con nuestro esfuerzo personal sin tener que quitarle al otro lo que al otro tanto le ha costado conseguir.

Sueño con ver a una Venezuela unida dispuesta a enfrentar como un solo hombre las contrariedades que se le presenten y a levantarse cada vez más alto de su postración. Lo hicimos en el pasado y lo podemos hacer ahora.

Sueño con una Venezuela grande, que muestre al mundo la grandeza de su gente. Que donde quiera que viajemos nos sintamos orgullosos de nuestro gentilicio y seamos reconocidos por quienes nos reciban.

Sueño con ver el momento en que regresen nuestros seres queridos, esos que han partido en busca de un mejor futuro y que extrañan el país en el que nacieron, porque en todo el mundo no hay otro igual.

Sueño con que se haga justicia y deje de reinar la impunidad contra quienes han expoliado la patria de Bolívar, robándonos a la gran mayoría nuestras ilusiones y nuestros sueños.

Sueño una Venezuela libre de las ataduras y de la opresión de la maldad; una Venezuela libre del odio y el resentimiento, colmada de amor y posibilidades. Sueño con que aprendamos la lección y que situaciones como estas no vuelvan a pasar jamás.


Sueño con una Venezuela cuyos hijos aprendan la lección y cambiemos nuestra manera equivocada de pensar, la misma que nos ha conducido a este debacle; con una Venezuela que se levante en vilo y muestre al mundo de qué material estamos hechos los venezolanos. Soñemos juntos y hagamos que este sueño se haga realidad.


Deseo alzar mi voz y decirle a quien ama de verdad esta tierra, que ya es tiempo de unirnos. Lo que importa es Venezuela y por ella todos debemos sacrificarnos. Venezuela reclama de sus hijos lo mejor que tienen.

Señora y madre nuestra, Virgen de Coromoto, no nos abandones en esta hora de prueba. Haznos sentir tu presencia maternal. Confiamos en que tu inmaculado corazón triunfará sobre el poder del maligno. Que este pueblo colocado bajo tu patrocinio se levante glorioso e impere en nuestra patria la divina justicia desde ahora y para siempre.

 Amén.


Pbro. David Trujillo

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