domingo, 23 de junio de 2019

Corpus Christi



Hoy celebramos la fiesta del Corpus Christi, solemnidad en honor al Santísimo Sacramento, que fue establecida en 1246 por el Obispo Roberto de Thorete y a sugerencia de Santa Juliana de Mont Cornillon. Después del milagro eucarístico de Bolsena, el Papa Urbano IV expandió esta celebración a toda la Iglesia Universal, fijándola para el jueves posterior al domingo de la Santísima Trinidad. Por razones pastorales, en algunos países, como Venezuela, esta celebración se realiza el domingo.

Recordemos que Jesús reunido con sus apóstoles en la Última Cena instituyó el sacramento de la Eucaristía (significa “acción de gracias”), haciéndolos partícipes de su sacerdocio y mandándolos a hacer lo mismo en su memoria. Es por ello que, en la Santa Misa, los obispos y sacerdotes convierten, durante la consagración, el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo (Transubstanciación); "en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad Cristo íntegramente" (Concilio de Trento, siglo XVI).

Así, el Corpus Christi es la celebración del Cuerpo y la Sangre de Cristo y durante la misma la hostia consagrada se coloca en un relicario o custodia para la adoración pública de los fieles. Como hoy es un día especial, en el que debemos dar gracias a Jesús por haberse quedado con nosotros en la Eucaristía, celebremos esta solemnidad recibiendo a Jesucristo sacramentado, comulgando en estado de gracia (preparándonos previamente con la confesión y el ayuno eucarístico). “…Pidamos la gracia de estar hambrientos de Dios, nunca saciados en recibir lo que Él prepara para nosotros” (Papa Francisco, 2019).


Christiam Alvarez
Pastoral de Medios de Comunicación

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