Hoy, Jueves Santo, primer día del Triduo Pascual, conmemoramos tres acontecimientos trascendentales de la obra salvífica de nuestro Señor Jesucristo: el lavatorio de pies, la institución de los Sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal.
Cada uno de ellos está cargado de grandes significados, Jesús se nos entrega en el Pan, en el Servicio y en la Cruz, diciéndonos de muchas formas que nos ama hasta el extremo, que quiere permanecer siempre con nosotros y que sigamos su ejemplo en el camino hacia la santidad.
Con el lavatorio de pies, Jesús nos muestra una vez más cómo debemos vivir los cristianos: llenos de un amor fraterno que nos mueva a ser siempre humildes servidores. En el sacramento de la Eucaristía, nos invita a alimentarnos diariamente con el Pan de Salvación; y en el Sacerdocio, a que lo veamos a Él, como hijo obediente y amoroso, capaz de entregar su vida para que podamos alcanzar la vida eterna.
A través del testimonio de vida propio, podemos hacer que nuestros hermanos y familia vean a Jesús y quieran abrazar su cruz; para esto, es necesario tener un corazón limpio y compasivo, un corazón que no busque protagonismos ni puestos de superioridad, sino ser servicial para agradar a Dios obedeciendo a Cristo: «… Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan».
Texto: Christiam Alvarez
Diseño: Marcell Campos
Pastoral de Comunicaciones Parroquia La Resurrección del Señor
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