Siguiendo con las reflexiones de las parábolas deseo comentar la de la masa y la levadura. Son muchas las cosas que llaman la atención en este modo de hablar de Jesús y una de ellas es que son imágenes muy cotidianas. En su tiempo cada familia tenía que moler el trigo y hacer su propio pan que además, como bien sabemos, se ha convertido en el símbolo de la comida. De hecho, en la oración del Padrenuestro se nos manda pedir el pan de cada día…
1.- “El reino de los cielos se parece a la levadura”.
No es
la primera ni única vez que Jesús hace alusión a la levadura. En otro pasaje
les advierte a sus apóstoles que deben cuidarse de la levadura de los fariseos
(Mt. 16,6). La levadura es un agente contaminante. Son las bacterias a través
de la cual se corrompe el alimento; lo adultera o contamina. Se usa para
producir o transformar un alimento en otro. Eso ocurre con el queso cuando se
“corta” la leche y se produce la cuajada; o con la harina de trigo para hacer
el pan o la torta. La levadura se usa de modo diverso en la cocina y sus
efectos nos permiten degustar exquisiteces.
2.- Característica de la levadura.
Es un elemento que contamina
desde dentro; transforma desde dentro o desde el interior. Podríamos decir que
se “encarna” o se mimetiza en el otro y lo transforma. Además, es pequeña la
cantidad que se requiere para hacer que todo fermente. Actúa de modo silencioso
y aparentemente sin grandes señales. Casi pasa inadvertido. Llama la atención
que Jesús utilice esta imagen de la levadura para hablar del Reino de los
Cielos, pero es muy acertada y profunda.
3.- Contaminemos de Cristo al mundo entero.
Esa es la idea, ser levadura de Cristo es convertirse en un agente contaminador. Hasta ahora se aprecia con facilidad que lo podrido corrompe, pues la idea es que como cristianos (otros cristos en el mundo) invadamos de Cristo y de su mensaje salvífico a todos y de modo especial a quien está corrompido por el pecado. Un organismo vivo contaminado que no sea atendido con antibiótico terminará por contaminar o podrir las células buenas.
Pero una persona jamás podrá ser totalmente corrompido en esta vida. Al menos siempre habrá la posibilidad de convertirse y volver a la vida de la gracia. En Cristo podemos conseguir que nuestra vida renazca y rejuvenezca.
Ser levadura contaminadas y contaminantes de Cristo significa combatir el mal con el bien; la falsedad con la verdad; el odio con el amor; las tinieblas con la luz; el pecado con la gracia…
Pbro. David Miguel Trujillo
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