miércoles, 4 de diciembre de 2019

Adviento: Tiempo que nos dispone a la Navidad



Son muchas las maneras en las que pudiéramos abordar este tema. La palabra Adviento viene del vocablo latino ADVENTUS que significa venida o llegada. Comienza el domingo próximo al 30 de noviembre que es la fiesta de San Andrés apóstol y termina antes de las vísperas de la Navidad, es decir el 24 de diciembre por la tarde.

Lo forman 4 domingos; no son semanas, sino domingos los que conforman este tiempo de esperanza.

El color litúrgico que se usa es el morado y significa penitencia. De ahí que junto con la cuaresma son los dos tiempos penitenciales del año litúrgico. Solo que en la cuaresma se nos invita y se nos prepara a vivir la Pascua de Jesús y en el Adviento a preparar su llegada.

En la cuaresma la penitencia tiene por objeto padecer con Cristo, morir con Cristo para resucitar con Cristo a una vida nueva. En cambio que en el adviento se pretende disponer un lugar en nuestros corazones al Niño Dios que llega.

Se nos quiere concientizar sobre la espera del Señor de ahí que la virtud sobresaliente sea la esperanza.

Pudiéramos hablar de una preparación mediata que va del 1er domingo de adviento al 16 de diciembre inclusive. Aquí se nos presenta el carácter escatológico de este tiempo, ya que, entre otras cosas, se trata el tema de la parusía o la segunda venida de Cristo en gloria al final de los tiempos; se nos hablará del fin del mundo y del juicio final. Se nos invita a estar preparado para cuando el Señor vuelva y pedimos su pronto regreso: Maran atha: ven Señor Jesús. La segunda parte se trata de una preparación inmediata que va desde el 17 al 24 en la tarde. Aquí se tocan el tema de la venida de Cristo en la historia. Nos remontamos al tiempo en que vino hace 2000 años en un pueblo llamado Belén.

Existen unos personajes que sobresalen en la preparación a la Navidad. Ellos son Isaías que anuncia la reconciliación que Dios ofrece al pueblo y la venida del Mesías o Enmanuel (una doncella concebirá y dará a luz…) Nos hablará del juicio final; del Príncipe de la paz (7, 10-17) Anuncia una Parusía que será además juicio escatológico.

La segunda figura del adviento es Juan el Bautista que es la voz que grita en el desierto: “Preparen el camino al Señor que llega”. Nos anima a “allanar los caminos”. Se nos estimula a revisar nuestra relación con Dios. Es un tiempo oportuno para confesarnos y entrar en nuestro desierto. Se nos exhorta a la conversión que implica el volver la mirada a los otros (Lc. 3, 18).

La tercera figura que nos ayuda a prepararnos al adviento es María de Nazaret. Ella es la mujer que hace solo la voluntad de Dios, la que se deja “preñar” de la Palabra de Dios y la da a luz. Es la madre que espera al hijo que está por llegar. En este tiempo no se dice el gloria, pero sí el aleluya.

El tercer domingo se le conoce como domingo GAUDETE y es porque se nos invita a llenarnos del gozo interior que implica la proximidad de la llegada del Niño Dios (se puede usar en los ornamentos el color rosa). En todo este tiempo se impone el aspecto gozoso. La alegría de saber que el esperado llegará pronto. Además se nos invita a tener una actitud de conversión permanente; a estar vigilantes, es decir, despiertos y conscientes de la realidad que nos circunda.

La idea es que no nos dejemos embotar la mente ni permitamos que la navidad se convierta en comilonas y bebederas; en desenfreno y libertinaje. Vivamos el adviento para que podamos disfrutar de unas navidades como Dios manda.

Pbro. David Trujillo